Han pasado ya 17 años desde la primera conquista de Rafa en Francia y ha llegado a la definición pese a que por primera vez en muchos años no era el gran favorito. No había dudas con su tenis pero sí por su estado físico y, sobre todo, por esa lesión crónica en el pie izquierdo que lo volvió a traicionar en Roma y que puso en peligro su participación en el torneo que más éxitos le dio en su trayectoria deportiva.
El camino hacía el título no fue fácil, tuvo que superar a Jordan Thompson (82°), Corentin Moutet (139°), Botic Van de Zandschulp (29°), Felix Auger-Aliassime (9°), Novak Djokovic (1°), Alexander Zverev (3°) y, por supuesto, Casper Ruud (8°) fueron las víctimas del dueño de casa.
En su agradecimiento al recibir el trofeo Rafa dijo: “No sé lo que pasará en el futuro, pero seguiré luchando por intentarlo”. Con anterioridad, Nadal se ha acordado de los suyos -"sin ustedes nada de esto sería posible. Es una locura todo lo que ha sucedido este año, sin ustedes no hubiera sido posible. Gracias por su apoyo"-, del apoyo recibido por los espectadores a lo largo de todo el torneo y no ha podido ocultar la emoción al señalar que “para mí y para toda la gente que ama este deporte éste es el mejor torneo del mundo. Es muy difícil describir lo que siento. Es fantástico sentirse de nuevo competitivo. Es increíble decir lo que siento después de poder jugar aquí en mi pista, en mi torneo, significa mucho para mí”, decía el manacorí sin desprenderse del trofeo francés que casualmente pesa también 14 kilogramos y a la que ha abrazado y besado.
📸: Getty
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