viernes, 4 de julio de 2014

DJOKOVIC LLEGA A SU TERCERA FINAL EN LA CATEDRAL

Nole va por su segundo título en Wimbledon
Novak Djokovic se clasificó para su tercera final de Wimbledon después de superar en cuatro mangas a Grigor Dimitrov. Tras ganar a Rafael Nadal en 2011 y perder ante Andy Murray la temporada pasada, el serbio se jugará el cetro -y retornar al número uno del mundo- ante Roger Federer o Milos Raonic.

Novak Djokovic está a una sola victoria de matar dos pájaros de un tiro: ganar Wimbledon, el que sería su segundo triunfo en Londres tras el de 2011 y su séptimo Grand Slam, y retornar al número uno del mundo en el que estuvo durante 101 semanas. El serbio selló su billete para la final del torneo después de doblegar a Grigor Dimitrov por un marcador de 6-4, 2-6, 7-6(2) y 7-6(7) tras dos horas y cuarenta minutos de juego en el choque que abrió la jornada en la Pista Central del All England Tennis Club, un duelo marcado por el fuerte viento que sopló sobre el tapete y la intensidad impuesta por ambos jugadores.

Después de dejar en la cuneta -y de qué forma- a Andy Murray en cuartos de final, había mucha expectación por ver las opciones de Dimitrov frente al primer cabeza de serie. Djokovic, más acostumbrado a escenarios de este tipo, propuso un alto ritmo de intercambios en el que cualquier fallo se convertiría en una condena. El serbio firmó unas estadísticas sobresalientes con el primer servicio (20/24 y 19 puntos de manera consecutiva) y aprovechó la única opción de la que dispuso al resto para apuntarse el primer set.

Becker y Sharapova, apoyos en la grada

El segundo acto parecía pintar de la misma guisa cuando Nole consiguió tomar ventaja antes del primer asueto en la silla. Cerró el puño y miró con gesto de satisfacción a un Boris Becker que se limitaba a observar a su pupilo. Más seria se le vio a María Sharapova, campeona de Wimbledon en 2004, apoyando a su novio desde la grada. Dimitrov se reenganchó al partido con un parcial de 5-0 que le permitió igualar la contienda. El búlgaro arriesgó, sacó brillo a su revés y acabó minando la moral de un Djokovic más intermitente de lo habitual.

Djokovic jugaba en el alambre ante un Dimitrov que nunca terminó de creerse aquello de ponerse por delante. Los dos sets siguientes iban a ser un claro ejemplo de esta máxima, resueltos ambos en el tie-break con diferentes caminos hasta él. La tercera manga transcurrió sin alteraciones, llegando a la muerte súbita sin rupturas que destacar y siendo en esta dominador el serbio de principio a fin. El búlgaro se resistió a tirar la toalla. Remontó un break adverso en el cuarto juego, salvó un 15-40 en el siguiente y desaprovechó una bola de set al resto antes de llegar al desempate. Allí dejó escapar tres bolas de set (6-3), 'regaló' un punto de partido con una doble falta, levantó el mismo con un pasante de derecha invertida pero acabó cediendo el billete para la final en la cinta. Con dudas, probablemente diezmado físicamente y sin ofrecer la mejor versión de su tenis, pero siendo resultadistas cabe destacar el mérito de ver al serbio de nuevo en una final de Grand Slam.

Foto: Getty Images

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