Gran trabajo del español |
Con mucho oficio y valiéndose de las irregularidades de un rival que por momentos supo ponerlo en apuros, Rafael Nadal venció por 7-6 (5) y 7-6 (6) a Stanislas Wawrinka, se convirtió en el primer clasificado para las semifinales de Londres y, como para redondear un escenario perfecto, se aseguró terminar el año como N°1 del mundo, sin depender de lo que haga Novak Djokovic.
Nadal jugó un gran partido en defensa, ante un Wawrinka que nunca cedió la iniciativa y que mostró la misma agresividad que lo acompañó en todo 2013. Aunque el español también tuvo pasajes de dominio, cambiándole el ritmo al suizo y buscando evitar que tomara las riendas de los intercambios.
Lo cierto es que, desde los números, se vislumbra una línea: 14 winners para Nadal, 30 para Wawrinka; 23 errores no forzados del español, 45 del suizo. El helvético fue el que más propuso, pero también falló demasiado, sobre todo en instancias clave.
En la primera manga, Nadal se adelantó por 4-2 y sacó para set en 5-3, pero Wawrinka reaccionó y siguió encontrando buenos resultados invirtiéndose de derecha, gestionándose una nueva chance de quiebre (ya había dejado pasar dos en el game anterior) y estirando la suerte del parcial.
Ya en el desempate, la paridad se extendió hasta el 5-5, donde a Wawrinka se le juntaron el nerviosismo, las malas decisiones y una buena cuota de mala suerte: primero jugó una derecha abierta que parecía arrinconar a Nadal, pero el español sacó de la galera un globo de revés que aterrizó en la línea de fondo y le terminó dando el punto; luego, ya set point abajo, el suizo fue a buscar el tanto a la red con una buena bola de aproximación, pero trastabilló ante la respuesta del mallorquín y dejó una pelota fácil para la definición.
Se le iba un primer set, a Wawrinka, en el que no había sido superado por Nadal y la bronca se materializaba en otra raqueta destrozada. Pero habría más...
El segundo parcial comenzaba con la misma tónica y Wawrinka presionando desde la devolución, dejando a Nadal 15-40 en su segundo juego de saque. Pero, de nuevo, oportunidades desperdiciadas y enseguida era el español el que tenía su chance: el suizo pasaba de tener doble break point a favor a servir 0-40. Y el N°1 no perdonaba. Para colmo, Stan seguía forzando pelotas de quiebre, pero a la hora de la verdad su porcentaje de efectividad se volvía cada vez más pequeño (terminó con 28%, 2/7).
Hasta que en 4-2, Wawrinka logró el tan necesitado quiebre (tanto tenística como anímicamente) e hilvanó un parcial de 11-1 en puntos, que mostraba a un Nadal conflictuado, refugiado en defensa y a la espera de su oportunidad. Así llegó un nuevo tiebreak y aparecieron otra vez los altibajos de Wawrinka: de entrada, dos errores no forzados para darle ventaja de 4-1 a Nadal; luego, un winner tras otro (incluso desde la devolución) para remontar hasta 5-4, con dos saques a favor como para cerrar el set; y allí, lo dicho, equivocación, apuro, y 5-5.
Los últimos puntos resumieron el partido: Wawrinka tuvo set point en 6-5, no lo cerró, y en la primera de cambio Nadal se llevó el desempate, el set y el partido por 8-6. Triunfo, clasificación, N°1 y gran descarga para el español. Para el suizo, sigue la racha negra ante el mallorquín, con quien tiene récord de 0-12 y al que nunca le pudo robar un set. Aun así, el N°8 del mundo, debutante en el torneo, sigue dando muestras de su gran nivel y buscará tener revancha el viernes ante David Ferrer, donde se jugará nada menos que el pasaje a las semifinales.
Foto: Getty Images
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