Los tenistas, según informa el diario español MARCA, han recibido hoy la última actualización de los protocolos referentes a su viaje a Australia para participar en la primera gira del año por las antípodas. El Gobierno local ha sido claro en un punto: no pueden entrar más de 1.000 personas de la familia del tenis.
De esta forma, se invita a los jugadores a reducir al máximo el número de acompañantes, que sean entrenadores, preparadores físicos o fisioterapeutas. Y es por eso que se ha quitado la competición júnior y la previa no se celebrará en suelo australiano. El plan es hacerla en un punto de conexión en el mapa aunque sería en pistas que no tendrían nada que ver con las de Greenset que se encontrarían después en Melbourne. Los 16 clasificados en ambas categorías se incorporarían después a la burbuja de Melbourne.
Se aclara que todas las personas extranjeras que llegan a Australia se consideran de una zona roja a excepción de los procedentes de Nueva Zelanda. Son los únicos que no tienen que guardar la pertinente cuarentena.
Debido a la poca oferta de vuelos comerciales con destino al país se fletarán vuelos desde tres aeropuertos internacionales: Dubái, Los Ángeles y Singapur. El billete tanto para el tenista como acompañantes corre a cargo de Tennis Australia pero en categoría 'economy'.
Se podrá tener acceso a clase ejecutiva y primera clase pagando un suplemento adicional que deberá desembolsar el tenista que lo pida. Finalmente, la ventana de llegada de los profesionales será los días 15 y 16 de enero. La organización paga el total del alojamiento y las comidas, con 100 dólares australianos en las credenciales, que equivale a 82,41 euros.
Las autoridades locales se han negado a que haya algunos jugadores fuera de la burbuja residiendo en viviendas privadas, algo que sí sucedió en el US Open, por lo que todos deberán permanecer durante la cuarentena en los hoteles oficiales. Sólo se podrá salir a entrenar y no se podrán recibir visitas del exterior.
Las cinco horas fuera de la residencia podrán repartirse de la siguiente manera: 2 horas en pista, dos horas el gimnasio y una hora de comida en el restaurante del torneo. Todas las sesiones preparatorias serán en el Melbourne Park y en el Albert Reserve Tennis Centers.
Sólo se podrá llevar a un miembro del equipo a las sesiones y este puede ser diferente cada día. Los siete primeros días se tendrá que entrenar con el mismo jugador y a partir de la octava jornada de cuarentena el número se amplia a tres.
Tennis Australia propone en la semana libre entre el final de la cuarentena y el inicio del 'major', o sea del 1 al 7 de febrero, las siguientes opciones: disputar la ATP Cup o un torneo con 750 puntos al campeón y un Open 250 y un WTA 500 y otro 250. De igual forma, se planea organizar otro WTA 250 la segunda semana del Open de Australia.
La propuesta de calendario tiene que ser aprobada ahora tanto por el Consejo de Jugadores de la ATP como el de la WTA.
Desde que se salga de los 14 días de cuarentena, los tenistas tendrán libertad de movimientos por Melbourne y podrán cambiarse de hotel si así lo desean. En este caso disfrutarán de 330 dólares australianos para los gastos, que son 271 euros al cambio, hasta que abandonen el país. También se podrán elegir entonces viviendas privadas.
La asignación para comidas se dispara hasta los 200 dólares australianos (164 euros) por equipo de jugador.
Melbourne y Victoria, sin casos durante más de un mes
Australia ha tenido desde el pasado mes de enero un total de 27.923 casos y en la actualidad hay tan sólo 52 casos. Tanto Melbourne como el estado de Victoria llevan más de un mes sin un solo infectado por la COVID-19.
El régimen de test al que se verán sometidos los tenistas es el siguiente: obligados a pasar un PCR en un margen máximo de 48 horas antes de coger el vuelo. Una vez en tierras australianas, controles los días 1, 3, 7, 10 y 14. Los resultados se sabrán en un periodo máximo de 24 horas. No habrá exámenes durante la competición.
El uso de la mascarilla será obligatoria a excepción de estos casos: solo en la habitación, comiendo o bebiendo, jugando o entrenando, ejercitándose en el gimnasio.
Si un miembro de los equipos resulta ser positivo antes de dar inicio la competición, el jugador será también puesto en cuarentena un periodo que podría alargarse hasta los 14 días. Si el caso positivo es en mitad del torneo, el tenista resultaría eliminado.
Para que no haya falsos positivos, situación que sí se dio en la burbuja de la USTA en Nueva York y de la Federación Francesa de Tenis en París, los jugadores que den positivo tendrán la opción de hacerse un segundo test PCR aunque el dictamen final corresponderá al Departamento de Salud del estado de Victoria.
Si un jugador resulta enfermo una vez se ha hecho el cuadro y antes de empezar el torneo recibirá la mitad de la bolsa de la primera ronda, o sea 50.000 dólares australianos (41.209 euros).
Cualquier violación de algún punto de los protocolos de Tennis Australia comportará: la descalificación, retención del dinero en ganancias, aumentar el tiempo de cuarentena, aislamiento en una habitación de hotel designada por el Gobierno o ser devuelto inmediatamente al país de origen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario