Fue en marzo de 2018 cuando Roger Federer decidió no renovar con la multinacional estadounidense atraído por el dinero que le ofrecía Uniqlo. Era el contrato de su vida. El gigante asiático le firmó a razón de 300 millones de dólares anuales repartidos durante 10 años.
La marca del bastón, 24 años después del primer vínculo con la leyenda de la raqueta, no pudo igualar esas cifras, a pesar de que en su contrato con el tenista tenía el derecho de tanteo.
Federer estrenó su nueva sociedad en la edición de Wimbledon 2018. Nike, sin embargo, se había quedado el logo personal del campeón de 20 grandes, RF, creado por él mismo en 2007 y que tanto éxito había despertado entre sus seguidores a través de las gorras.
Roger ha luchado las dos últimas campañas por recuperar los derechos de su nombre. Finalmente lo logró de manera oficial el pasado mes de marzo. Ha tardado nueve meses en tener listas las gorras que van a salir al mercado.
Ha sido el propio Federer el que ha dado la buena noticia a sus incondicionales a través de las redes sociales. Las gran novedad es que en el dorso llevan cosido el nombre de la leyenda helvética, que espera volver a la competición oficial en la próxima edición del Open de Australia.
Cabe recordar que el jugador, de 39 años, se ha perdido casi toda la temporada 2020 tras realizarse una segunda artroscopia en su rodilla derecha a la conclusión del pasado 'major' de las antípodas.
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