Un emocionado Andy Murray recibió este miércoles la llave de la ciudad de Stirling, en su Escocia natal, donde recorrió su antigua secundaria y el campus de la Universidad en el que supo entrenarse tiempo atrás. "Estoy profundamente orgulloso de mis orígenes", repitió durante la ceremonia el vigente campeón de Wimbledon, con la voz quebrada y lágrimas en sus ojos.
"Voy a mantener esto bien corto porque hay una gran chance de que me ponga sensible", inició su discurso el escocés. Y efectivamente, seis palabras después debió interrumpir su agradecimiento...
"Se siente bien estar en casa. Este honor significa muchísimo para mí. Gracias a todos por venir y disculpas por mi comportamiento", completó como pudo Murray, profundamente conmovido por el contexto.
En un posterior contacto con la prensa, el escocés amplió sus emociones: "No tengo la chance de venir aquí tan seguido y ver a mi familia tanto como quisiera. Uno pasa mucho tiempo en el circuito, y el tenis a veces puede ser muy solitario".
Murray dejó Escocia a los 15 años, para instalarse en Barcelona, donde edificó su carrera profesional: "Fue una decisión muy difícil la de mudarme, pero debí tomarla. Y tuve la suerte de que mi familia me apoyara en todo el proceso, porque para ellos también fue muy duro", recordó.
Foto: Getty Images
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