Nole & Roger en una final que promete |
Federer volvió a tener un sólido partido al servicio, con siete aces, un 74% de puntos ganados con el primero y 10/12 pelotas desde el segundo; variables contrapuestas a las de Dolgopolov, que debió jugar seis de cada 10 tantos con su segundo saque y allí cedió en el 62% de los intercambios.
El suizo supo neutralizar la búsqueda permanente de Dolgopolov y desarticuló sus ataques con golpes variados y buen uso del slice. El ucraniano no encontró herramientas para prevalecer en ese cruce y, forzado a arriesgar más de la cuenta, acabó con el doble de errores no forzados que su rival (25 contra 12).
Así y todo, el encuentro fue parejo hasta el cierre del primer parcial. Sin breaks por lado (sin chances de hacerlo, en efecto), el ucraniano se dispuso a servir para igualar el marcador en 4-4, pero tuvo un game para el olvido, muy inestable con su drive y con una cadena de errores que lo eyectó del set.
En el segundo, el ucraniano se fue de entrada: entre fallas progresivamente más marcadas, reclamos al aire (literalmente: se mostró molesto con el curso del viento) y una solvente regularidad de Federer, Dolgopolov pronto quedó 0-2, luego no pudo cerrar un game de saque de 10 minutos que lo dejó 1-4 y ya entonces el partido tuvo dueño final.
Federer, entonces, irá por su 22° título de Masters 1000 ante un Djokovic a quien viene de vencer en Dubai la semana pasada y al que lidera en el historial por 17-15 (13-12 en hard).
Ante Isner, el N°2 del mundo volvió a mostrar las irregularidades que lo acompañaron en el mayor tramo del torneo y falló en cerrar el juego en sets corridos, aunque en el tercer parcial resurgió y encauzó el encuentro.
El serbio terminó con 30 tiros ganadores y 23 errores no forzados, conta 31 y 41, respectivamente de Isner. Pero su triunfo se terminó resolviendo en los detalles. Y que haya sido en tres mangas, también.
En el primer capítulo, ambos mantuvieron su servicio hasta el último y decisivo game. Aunque eso no privó a Isner de tener tres set points con el saque de Djokovic, en 4-5. Pero el serbio levantó ese 0-40, ganó un parcial de 13-3 en puntos y se llevó la manga.
El segundo mantuvo un patrón semejante y ambos llegaron sin quiebres al 4-4. Allí Djokovic rompió el servicio de Isner y todo parecía definido. Pero el europeo apresuró algunas decisiones (particularmente en las subidas a la red) y se reestableció la paridad. Increíblemente, Isner volvió a ceder su saque y el serbio tuvo una nueva chance de cerrar el partido: perdió el game en cero. Ya en el tiebreak, el estadounidense estiró el envión y culminó un parcial de 11-2 para nivelar las acciones.
La historia, entonces, se fue a un tercer set y todo parecía abierto: Djokovic, frustrado, estrellaba su raqueta contra el piso. Isner, de nuevo algo errático, empezaba a acusar una lesión en la rodilla... Lo cierto es que el serbio logró quebrar para 3-1 y esta vez no aminoró la marcha: Sacó adelante un break point en el game siguiente y con un nueva rotura sentenció su boleto a la final.
Ahora, Djokovic irá por su 42ª corona en el circuito y 17ª de M1000. Isner, en tanto, se aseguró volver al Top 10, aprovechando el retroceso de Jo-Wilfried Tsonga, eliminado en segunda ronda.
Foto: Getty Images
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