El escocés Andy Murray, segundo favorito, superó al español David Ferrer, tercer preclasificado, por 2-6, 6-4 y 7-6 (1) y se consagró campeón del Masters 1000 de Miami, que se disputa en canchas duras y reparte 4.330.625 dólares en premios.
Murray terminó festejando en un encuentro deslucido, plagado de errores no forzados y lleno de quiebres de servicio. No obstante, más allá de esas circunstancias, el escocés consiguió su noveno título de Masters 1000 (el último había sido en Shanghai 2011) y volvió al número dos del mundo, honor que había tenido durante tres semanas en agosto de 2009.
Ferrer, por su parte, seguramente masticará bronca por las oportunidades perdidas luego de un contundente primer set. En definitiva, se quedó con las ganas de obtener su segundo Masters 1000 (tras el conseguido en París 2012) y de ser el primer español campeón en Miami, tras los intentos fallidos de Sergi Bruguera, Carlos Moyá y Rafael Nadal.
En lo que respecta al partido en sí, Ferrer fue el primero en tomar ventaja. Vio dudas en el escocés, lo taladró sobre el revés a pura solidez, lo hizo moverse y no le perdonó las oportunidades de quiebres (3 de 3). Así, rápidamente, sacó una buena ventaja en el marcador y, tras estar 5-0, terminó cerrando el primer set por un sólido 6-2.
¿Qué pasaba del otro lado? Errores, errores y más errores: 19 en total en el primer set. Como a lo largo de las últimas semanas, dado que en Indian Wells el británico tampoco jugó bien, Murray se volvió a mostrar incómodo en las canchas duras estadounidenses y en esta ocasión no lo pudo sobrellevar con su jerarquía. Pero esta vez, al parecer, había otra razón: problemas físicos en su espalda que le impedía el normal desempeño.
No obstante, las cosas variaron mucho en el inicio del segundo set. Ferrer perdió ritmo y se empezó a repetir en errores. En los primeros cuatro games, por ejemplo, cometió dos más que en todo el primer set (10 a 8). Murray, expectante y sin tomar muchos riesgos, se puso en carrera nuevamente. La lesión parecía cosa del olvido.
El español corrió desde atrás y, en base a largos peloteos, logró un gran quiebre de servicio para ponerse 4-4. Había síntomas de sentencia. Sin embargo las idas y vueltas aparecieron nuevamente en el partido. El escocés fue más agresivo y sorprendió al recuperar la delantera en el marcador. Luego, sin lugar a dudas, cerró el parcial y extendió la historia a un set decisivo.
Dónde sí aparecieron las incógnitas fue en el comienzo del tercero. Llamativamente, con claros síntomas de cansancio, ninguno pudo hacer pie con su servicio y los errores se multiplicaban de ambos lados de la red. Recién en el séptimo y octavo game pudieron mantener sus saques para después darle paso a una nueva rotura a cargo de Murray, que quedó 5-4 tras dos horas y 20 minutos de acción.
Pero hubo más, porque el escocés no lo pudo cerrar y posteriormente fue Ferrer el que gozó de oportunidades, a tal punto de tener un match point a favor. Sin embargo, los errores continuaron a la orden del día y la historia terminó definiéndose en el tie break. Ahí, con un español a punto de acalambrarse, Murray no perdonó. No cometió fallos y finalizó abrazándose con la gloria en Crandon Park, donde ya había festejado en 2009.
Foto: Getty Images
No hay comentarios.:
Publicar un comentario