Sólido. Sin lugar a sorpresas. Lapidario. Contundente. Sobran las palabras para analizar lo hecho por el español Rafael Nadal que venció a su compatriota David Ferrer por 6-3, 6-2 y 6-3 en la final masculina de Roland Garros, octava que tiene al mismo campeón en las últimas nueve ediciones.
En el marco histórico de los más grandes, los ocho títulos que ahora tiene Rafael Nadal en el Abierto de Francia son un récord absoluto. Los únicos otros varones que en los últimos 80 años ganaron siete trofeos en un mismo certamen de Grand Slam son Roger Federer y Pete Sampras, que lo lograron en Wimbledon.
Además, Rafa ganó su duodécimo torneo grande, superando a Bjorn Borg y Rod Laver y empatando el tercer peldaño con Roy Emerson. Solamente Federer (17) y Sampras (14) tienen más.
La victoria de Nadal fue su número 59 en el torneo contra una sola derrota, para mejorar el récord del torneo que compartían el argentino Guillermo Vilas (con 17 caídas) y el suizo Roger Federer (14 derrotas).
Mientras tanto, Ferrer, a sus 31 años jugaba su primera final de un Grand Slam, primera 100% española en Roland Garros desde 2002, cuando el catalán Albert Costa derrotó al valenciano Juan Carlos Ferrero quien, a la vez, al año siguiente logró tomarse revancha, habiendo así ganado ambos sus únicos títulos del Grand Slam.
Además, fue el 16º Roland Garros para España, y el 13º en los últimos 20 años, a los que hay que sumar los tres triunfos de Arantxa Sánchez Vicario en el cuadro femenino.
Rafa Nadal es uno de los mejores tenistas de la historia. Es un dato irrefutable atendiendo a resultados. El balear, con su octava victoria en Roland Garros, aumenta la nómina de récords con los que decorar un excelso palmarés.
Foto. Getty Images
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