La española arrasó en el partido |
Impresionante Garbiñe Muguruza. Una trituradora. En poco más de una hora doble 6-1 sobre la eslovaca Magdalena Rybarikova para firmar su segunda final en Wimbledon. Se le escapó el título en 2015, a manos de Serena Williams, pero este sábado tendrá otra oportunidad, ante la vencedora del duelo entre la estadounidense Venus Williams y la británica Johanna Konta.
Preparada está Garbiñe, que ha exhibido un potencial enorme, físico, mental y tenístico. Desde el primero al último punto, máxima concentración y eficacia. Agresiva al máximo, pegando cada bola y subiendo a la red una y otra vez. Acorralando a Rybarikova, haciéndole sentir su presumible inferioridad.
No disputaba una final Muguruza desde que levantar la Copa Suzanne Lenglen en Roland Garros 2016. Así es Garbiñe, una tenista de momentos puntuales, especialmente en grandes acontecimientos. En la ‘Catedral’ del tenis dio una lección.
A sus 23 años es la decimoquinta del ranking actual, pero tiene asegurada la vuelta al top-10 mundial (octavo puesto asegurado) y apunta al top-5, tercera o cuarta plaza si es la mejor en el All England Club. Aunque ningún objetivo más suculento que ganar el torneo en el que reinó en 1994 Conchita Martínez, ahora en su box técnico tomando el testigo de Sam Sumyk, ausente por motivos familiares, según anunció el grupo de la caraqueña.
Rybarikova, 28 años y 87ª WTA, había protagonizado la sorpresa llegando a sus primeras ‘semis’ de Grand Slam. Presentaba un balance de 18 encuentros ganados en 19 disputados este curso en hierba, también un triunfo sobre Muguruza en le césped de Birmingham 2015. Pero volvió a la realidad, la española la puso en su sitio real, un abismo entre la calidad de Garbiñe y la de su adversaria.
Una hora y cuatro minutos perfectos. 22 golpes ganadores, el doble de errores no forzados, una única bola de ‘break’ en contra y salvada. Garbiñe lo hizo todo, y de sobresaliente. Saque, volea, revés, derecha, actitud, mentalidad. Una ‘semi’ soñada.
Atenta a cualquier detalle para cumplir el objetivo de la corona, Garbiñe lució un aparatoso vendaje en el muslo izquierdo. Ha sufrido problemas de isquiotibiales durante la campaña, y quierte tener todo atado y bien atado.
Foto: Getty Images
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