Coronando una semana muy particular, el español Albert Montañés (82°) se impuso por 6-0 y 7-6 (3) al francés Gael Monfils (109°) y se consagró campeón del ATP 250 de Niza, sumando así el sexto título de su carrera y el primero desde 2010 (todos sobre polvo de ladrillo).
En un duelo donde ambos mantuvieron buenos porcentajes de primeros servicios, Montañés hizo la diferencia cediendo apenas 12 de los 44 puntos disputados con ese golpe y atacando desde la devolución a un Monfils que no pudo salvar ninguna de las cuatro chances de quiebre que afrontó.
La singularidad del título de Montañés reside en que, originalmente, el flamante campeón no iba a jugar el torneo. El último en pasar el corte de ingreso era el lituano Ricardas Berankis (77°) y así el español quedaba tres escalones por debajo: "a tres bajas" de entrar al cuadro principal, con Lleyton Hewitt y el francés Edouard Roger-Vasselin por delante.
Como esas bajas no llegaban, la organización destinó una de las invitaciones para el ex N°1 y otra para el tenista local, dejando a Montañés en las puertas del main draw. Lo cierto es que los días pasaron, el cuadro se sorteó y todo hacía prever que el jugador se quedaría sin participar del torneo.
Pero allí llegó el guiño del destino: Tomas Berdych desertó y el español pudo ocupar su lugar en el cuadro (el de máximo favorito que le correspondía al checo), logrando un beneficio de entrada, con bye en primera ronda. Por esa llave fue avanzando Montañés sin toparse con ningún preclasificado (el otro que aparecía por su zona -Marcel Granollers- también se bajó) hasta la final con Monfils.
Más aún, el rival de mayor ranking al que debió enfrentar el español lo tuvo en el debut: el rumano Victor Hanescu, 55°. Y, en el otro extremo, la final lo puso cara a cara con un jugador que hoy está fuera del Top 100.
Por cierto, en lo que concierne al ex N°7 del mundo, esta final lo catapultará de nuevo al lote de los 100 mejores hasta una ubicación cercana al puesto 80. Buen punto de impulso para el galo, que la última semana había conquistado el Challenger de Bourdeaux y que de esta manera sigue apuntalando su regreso a los primeros planos tras las lesiones que lo mantuvieron tanto tiempo sin jugar. Próxima parada: Roland Garros.
Foto: Getty Images
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