La alemana podría ser la nueva número 1 del mundo si campeona |
A una semana de haber quedado en las puertas del oro olímpico, Angelique Kerber está a un triunfo de un desquite tan inmediato como histórico.
Este sábado, la alemana doblegó por 6-3 y 6-4 a Simona Halep, que llegaba con 12 triunfos en fila, y se metió en la final del WTA de Cincinnati. Si gana, será la nueva N°1 del mundo.
A los 28 años y 7 meses, Kerber quiere convertirse en la jugadora más longeva en alcanzar la cima del ranking en la Era Abierta, que desde hace 183 semanas es propiedad exclusiva de Serena Williams.
Ante Halep, Kerber estuvo siempre en control, aunque en el segundo set puso en riesgo una ventaja de 4-0 que la llevó a afrontar una chance de quiebre en 4-3. De todos modos la rumana no la pudo aprovechar y minutos después quedó todo definido.
Ahora Kerber jugará su sexta final en la temporada (ganó Australia, cayó en Wimbledon y los Juegos, como notas destacadas), con el tremendo agregado de la lucha por el N°1.
Y aun si no lograra el título en Cincinnati, la alemana tendrá otra chance de oro en el US Open, ya que allí defiende apenas 130 puntos (tercera ronda) contra los 780 de Serena (semifinales).
Pero ese será ya también un punto de inflexión, dado que de allí al final del año la estadounidense tendrá todo por sumar (en 2015 no jugó ningún torneo posterior).
En la definición ya esperaba Karolina Pliskova, que en primer turno aplastó por 6-1 y 6-3 a Garbiñe Muguruza y, si vence el domingo, quedará a unos 50 puntos de regresar al Top 10.
La checa jugará su 16ª final de WTA (cinco títulos), con el curioso contraste de no haber pisado nunca una segunda semana de Grand Slam en ya 17 participaciones.
Para Muguruza, continuidad de un andar irregular desde el título en Roland Garros, con paso olvidable por la gira de pasto y recorrido sin fortuna en los Juegos.
Foto: Getty Images
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