El español va por la revancha ante el italiano |
La inestabilidad de la semana, a un lado. Este sábado, Rafael Nadal (10°) fue pura contundencia ante Andreas Seppi (26°) y con un inapelable 6-1 y 6-2 se instaló en la final del ATP 500 de Hamburgo, en busca de su 67° título en el circuito. Fabio Fognini (32°), el último rival.
Agresivo y dominante como no se lo había visto en el torneo, Nadal impuso condiciones desde la primera pelota del partido. Un perfecto de game de devolución le dio un quiebre de entrada y desde allí no paró.
Los primeros cuatro juegos del encuentro corrieron sin un solo error del español. ¿Consecuencia? 4-0 en el tablero para el ex-N°1, ya con indescontable margen en el set.
El único episodio de incertidumbre para Nadal en el partido se dio por motivos extradeportivos. Sirviendo ya con ventaja de 2-0 en el segundo capítulo, el español frenó de golpe el game, explicó al juez de silla que sentía taquicardia y pidió trainer. En paralelo, le pidió a su equipo que le hicieran llegar un antiespasmódico.
En la vuelta a la cancha, todo normal. Diferencia consolidada en 4-1, nuevo quiebre y servicio para cerrar el partido. Pero no pudo terminarlo con su saque. Curiosamente, en la primera manga le había sucedido lo mismo en 5-0. Una vez más, enseguida respondió con la devolución y redondeó una muy buena victoria en poco más de una hora.
Ahora tendrá otro tipo de prueba ante Fognini, quien esta temporada ya lo venció dos veces en polvo de ladrillo, en Río de Janeiro (semifinales) y Barcelona (octavos).
Aquí, el italiano doblegó en primer turno al francés Lucas Pouille (85°), que llegaba con impulso desde la fase previa.
Fue 6-2 y 7-6 (2) para Fognini, que debió salvar un set point con su saque antes de festejar en el segundo capítulo. Ahora, vuelve a una final tras cinco meses, desde la cedida precisamente en Río de Janeiro (ante David Ferrer).
Foto: Getty Images
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