La alemana volvió a casa |
Con bajo perfil, en silencio e incluso recibida por poca gente, Angelique Kerber regresó a Alemania con un premio doble: el título del US Open y el número uno del mundo.
Kerber, la segunda alemana en llegar a la cima de la WTA, en su arribo a Munich dejó en claro que se sacó un peso de encima, por estas últimas semanas en la que luchaba por arrebatarle el puesto a Serena Williams. "Ya no tengo que demostrarle nada a nadie. Estoy lo más arriba que se puede estar", destacó.
La N°1 del mundo, cabe destacar, atraviesa una temporada soñada, con el título además en el Abierto de Australia y finales en Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.
"Cuando gané el Abierto de Australia el mundo se vino encima, empecé a ocuparme de cosas que no tenían que ver directamente con el tenis. Ahora lo puedo gozar más", trazó un paralelo con sus grandes festejos.
Kerber, que se une a Steffi Graf como las únicas alemanas en la cima de la WTA, ahora tendrá un desafío mayor: mantenerse en el N°1. Algo difícil, dado que Serena Williams, su escolta, no defiende puntos hasta el año que viene. "Voy a darlo todo para ello", destacó.
"Me alegro de dormir bien, comer bien, reunirme con mis amigos y mi familia y dejar la raqueta en un rincón", cerró Kerber, quien se tomará un pequeño descanso y no jugará en el circuito hasta fin de mes.
Foto: Getty Images
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