El sueco reveló una dura historia en su vida |
Robin Söderling, que llegó a buscar por Internet distintas formas para suicidarse, abandonó el deporte profesional oficialmente por una mononucleosis, pero el exdeportista confesó a la emisora pública Radio de Suecia que llevaba sufriendo problemas años antes de serle diagnosticada esa enfermedad. "Tenía ansiedad constante, me roía por dentro. Me sentaba en el apartamento y miraba al vacío sin entender, el ruido más pequeño me provocaba pánico. Cuando una carta caía sobre el felpudo, me entraba tal pánico que caía al suelo. Si sonaba el teléfono, temblaba de miedo", afirmó al programa Verano en P1.
En 2009, después de disputar la primera de sus dos finales seguidas de Roland-Garros, empezó a sentir pánico por primera vez y, con los éxitos, aumentó la presión. "Sólo había tres jugadores con los que podía perder, al resto tenía que ganarles, si no me sentía mal, fracasado, un perdedor", admite. En julio de 2011, después de ganarle a David Ferrer en la final del Abierto de Suecia, su último partido profesional, condujo de vuelta a su casa en Montecarlo y empezó a caer en "un abismo negro sin fondo", un malestar que empeoró un mes más tarde, antes de jugar el US Open.
📷: Getty Images
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