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| La pequeña campeona |
Dominika Cibulkova rompió sus propios límites en las Finales WTA de Singapur y sigue siendo un ejemplo. La eslovaca, que había clasificado en la penúltima semana de la temporada, coronó el mayor título de su carrera profesional de manera formidable, apartando a la número uno, Angelique Kerber, para proclamarse Maestra.
"Espero ser una motivación para que la gente vea que no sólo las chicas altas ganan grandes torneos. También jugadoras como yo pueden tener una oportunidad en los mayores eventos del mundo". Claro, con apenas 1.61 de estatura, una de las más bajas del circuito, demostró que puede potencial al máximo su físico. "Es algo que con lo que he lidiado desde que comencé a jugar al tenis. Siempre fui valiente con mi altura. Quizá también perseverante. Quería jugar al tenis con todas mis fuerzas. Nadie podía hablarme de algo distinto" recordó.
"Todavía no soy consciente de ello", reconoció. "He puesto toda mi alegría tras el punto de partido. Ha sido increíble. Cuando esperaba en la ceremonia me preguntaba, ¿de verdad está ocurriendo esto? No puedo expresar con palabras cómo me siento. Necesito unos días para darme cuenta. Es algo muy grande para mí y para mi país".
"Mi juego es suficientemente bueno para superar a la número uno del mundo. Entré en la final con este pensamiento y lo mantuve desde el primer al último punto".
Con la mirada puesta en 2017, la corona de Singapur supone un respaldo moral para la eslovaca. "Tengo tanta adrenalina y emociones que querría comenzar ya la siguiente temporada. Sé que en un par de días valoraré tener algún tiempo de descanso. Veo la próxima temporada como otro desafío. Quiero hacer más y ahora creo que puedo ser mejor todavía".
"Lo primero que voy a permitirme son unas vacaciones. Tenía pensado volar mañana pero quizá vaya a casa un par días, a disfrutar de mi país y entonces me iré a las Maldivas a divertirme y desconectar".
Foto: Getty Images
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