El austriaco es la nueva sangre de la ATP |
En el año 2010 se coronó como campeón del Inka Bowl en Arequipa, hoy Dominic Thiem (19°) se abrazó a la gloria en la Argentina. El austríaco se impuso al español Nicolás Almagro (72°) por 7-6 (2), 3-6 y 7-6 (4), en casi dos horas y media de acción, y se quedó con el título del ATP 250 de Buenos Aires.
Gran partido y enorme semana para Thiem, quien venía de salvar un punto de partido en las semifinales ante Rafael Nadal. El joven de 22 años, con proyección de Top 10, se anotó de esta manera el cuarto título de su carrera, todos sobre clay, luego de los éxitos en Gstaad, Umag y Niza en 2015.
Tiros ganadores, pocos errores no forzados y un tenis de alto vuelo. Por esos rieles se movió el primer set entre Thiem y Almagro. El austríaco, que también en octavos había salvado una bola de partido (ante el portugués Gastao Elias) contó con una doble oportunidad (15-40) en el 4-4 desde la devolución, pero tuvo que esperar hasta el tie-break para el primer desnivel.
Con una mejor efectividad con el servicio (80% de aciertos en primero) y con apenas diez puntos cedidos al poner la bola en juego, Thiem se hizo dueño de la primera manga por 7-2 tras un gran inicio en el desempate.
La segunda manga siguió con la agresividad de ambos, pero la presión del momento y el cansancio físico, agravado por la alta temperatura, pasó a jugarle factura a los dos. Uno lo aprovechó. Almagro estuvo contra las cuerdas con un punto de quiebre, pero sacó tajada desde la devolución -con ayuda de la faja en el 30/40- para firmar el primer quiebre del partido para el 4-3.
Poco después, otra rotura ante un rival que claras señales de agotamiento, que se repetía en constantes subidas a la red (incluso desde el saque) con la intención de acortar los cortos. Almagro selló el 6-3 y llevó la historia al tercer set.
El español aprovechó el envión y continuó al mando de las acciones. Un rally de 8-2 en puntos, coronado por un gran passing de revés paralelo para un tercer quiebre seguido. Todo a su favor. Sin embargo, lo impensado. Thiem reaccionó, igualó el marcador y se puso con chance de break.
Pasado el momento de ida y vuelta, paridad de nuevo en el desarrollo del encuentro. Solidez con el servicio y camino, nuevamente, hacia el desempate. Ahí la faja jugó para el otro lado. En el 4-4, tiro del español que saltó en la red y se fue afuera. Thiem no dejó pasar la oportunidad y se quedó con el título.
Además, con el título de Thiem se puso una racha de siete coronas seguidas de jugadores españoles, repartidas entre Nadal, Ferrer, Juan Carlos Ferrero, Tommy Robredo y el propio Almagro.
Para el español, pese a masticar bronca por la forma en que se le escapó la final, se irá al menos con el descargo de conseguir el récord de 29 victorias (29-9) en el torneo y una renovación de confianza, en gran parte gracias a su entrenador, para lo que se viene a raíz de sus dos éxitos ante jugadores Top 10 en la misma semana, ante David Ferrer y Jo-Wilfried Tsonga, algo que nunca había logrado.
Foto: Argentina Open
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