Fue 6-2 y 6-2 tras una hora y 34 minutos de partido en Austria y sobre arcilla, para sumar su segundo título del año tras el logrado en Doha sobre pista dura. No levantaba un torneo en polvo de ladrillo desde hace ocho años (Stuttgart 2014). Volvió a sonreír sobre una superficie en la que no jugaba una final desde la que perdió en 2018 en Gstaad frente al italiano Matteo Berrettini.
Bautista aprovechó cuatro de las nueve oportunidades de break de las que dispuso -dos en cada set- y fue capaz de salvar la tres ocasiones en las que el austriaco tuvo bola para devolverle la rotura, dejándole sin opciones de remontada. Cuando la final había superado la hora y media de duración, el español aprovechó su segunda bola de partido para sellar el undécimo triunfo de su carrera.
La de Kitzbuhel ha sido la final número 21 de su carrera, de las cuales solo tres de ellas han llegado en arcilla, una más en césped, y las 17 restantes las reparte sobre pista dura (cinco en indoor).
📸: Getty
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