domingo, 26 de enero de 2014

WAWRINKA LOGRA SU PRIMER GRAND SLAM EN MELBOURNE

Gran semana la del suizo
En un duelo dramático, Stanislas Wawrinka se impuso por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 a Rafael Nadal y festejó en Australia su primer título de Grand Slam. El partido tuvo un quiebre con la lesión en la espalda del español, promediando el segundo set, y se volvió más mental que tenístico. Pero tras algunos vaivenes el suizo logró prevalecer y pegó el gran grito de su carrera. Como premio extra, será nuevo N°3 del mundo.

El sello de la final quedará estampado por los problemas físicos del español. Pero antes de los dolores y las incertidumbres, el suizo ya había hecho méritos para terminar levantando el trofeo. Con una búsqueda agresiva y tomando riesgos desde el servicio, Wawrinka jugó un primer set de alto vuelo, duplicando en tiros ganadores a Nadal (12-6) y ganando todo en la red.

En el segundo parcial, Wawrinka estiraba su momento: llegaba a 12 puntos en fila y rápidamente se colocaba 2-0 al frente. Y entonces, la primera postal del drama: en su segundo juego de saque en el set, Nadal empezaba a mostrar algunos gestos de dolor y se tomaba la espalda entre los puntos. El game quedaba a su favor, pero Rafa ya tenía la cabeza en otro lado: tiempo médico y a vestuarios.

Mientras atendían a Nadal lejos de la pista, Wawrinka discutía con el umpire y exigía conocer el motivo detrás del pedido del español. El suizo tenía todo a su favor en el partido, pero se enredaba en una controversia periférica. Con ese prolongado debate en mente, la vuelta del mallorquín -entre algunos abucheos- ponía a prueba la concentración del helvético, pero Stan ganaba su saque en cero.

De nuevo al saque tras la primera asistencia médica, Nadal evidenció que su físico ya no estaba para lo que exigía el partido. Sirviendo sin fuerzas, ocasionalmente incluso sin saltar, y con un semblamente visiblemente afligido, el español volvía a ceder su saque y enseguida pedía trainer.

De regreso en 1-5, volvía a sacar con enormes dificultades y enseguida quedaba 15-40. Por el progreso del juego y su imagen en cancha, comenzaba a tomar forma la posibilidad de un retiro. Pero el mallorquín siguió y Wawrinka empezó a desperdiciar sus chances. En efecto, no pudo cerrar la manga en ese tramo y necesitó de su propio servicio. Poco después, sus desaprovechamientos darían para bastante más...

El tercer set se inició con la misma lógica: Nadal con problemas al servicio, otra vez doble break point abajo. Pero Wawrinka seguía caminando la curva descendente. Para colmo, enseguida cedía su saque por primera vez en todo el partido y de pronto quedaba 0-3.

El suizo estaba ido. Ante un rival inmóvil y con inconvenientes físicos, buscaba puntos cortos y complicados tiros ganadores. Se autoreprochaba, pedía silencio a su banco. Y entregaba buena parte de la ventaja. En ese parcial, el helvético totalizó 19 de sus 49 errores no forzados, más que en cualquier otro set. Insólita estadística en medio de un partido que ya nada tenía que ver con el arranque.

Con 0/4 en chances de quiebre, Wawrinka entregó ese tercer parcial a manos de Nadal. Y, paulatinamente, el español empezaba a mostrarse más dinámico en cancha. Seguía sin sacar al 100%, pero ensayaba alguna mejoría. Con todo, la cuarta manga avanzaba y la paridad persistía.

Y si toda esa mezcla de sensaciones no era suficiente, el desenlace ofreció otro aporte: quiebre de Wawrinka para 4-2, quiebre ¡en cero! de Nadal para deshacer la diferencia. La cabeza del suizo jugaba un partido aparte. Y lo que el juego perdía en nivel lo ganaba en dramatismo.

De cualquier manera, Nadal seguía disminuido físicamente. Y pisando una vez más el acelerador, Wawrinka volvía a gestionarse sus chances. De inmediato volvió a quebrar y esta vez no perdonó: un saque ganador tras otro y brazos en alto para la versión menos pensada del festejo más esperado.

Así, Wawrinka se unió al selecto grupo de campeones de Grand Slam y lo hizo dejando en el camino al N°1 y al N°2 del mundo. Con lo hecho en Australia, el suizo quedará inmediatamente debajo de ellos, renovando el mejor ranking de su carrera (lógicamente, también será el N°1 local, por delante de Roger Federer). Además, sigue invicto en 2014, ya que en la previa de Melbourne había ganado Chennai. En definitiva, en un mes ganó los mismos títulos que en más de tres años (Oeiras 2013 y Chennai 2011, los dos anteriores). Ahora totaliza seis.

Para Nadal, pasó una chance de igualar a Pete Sampras con 14 títulos de Grand Slam -segunda marca histórica- y también la de conquistar por segunda vez Australia, lo que lo habría elevado como uno de los tres tenistas en toda la historia en ganar en al menos dos ocasiones cada torneo Major (Rod Laver y Roy Emerson, los otros).

Con la consagración de Wawrinka, entonces, el suizo ocupará el lugar en el Top 3 que hasta aquí le pertenecía a David Ferrer. El españo ahora quedará 5°, por debajo de Juan Martín del Potro, que aun habiendo caído en segunda ronda termina el torneo con mejor ranking. En la otra mitad del Top 10, dos particularidades: Andy Murray 6° y Federer 8°.

Foto: Getty Images

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