Su última víctima ha sido Dominic Thiem al que venció por 6-3 y 6-4, el mismo que tuvo delante en la lucha por la corona de 2018. De paso, se tomó la revancha de la pasada final del US Open que se decantó a favor del austriaco. Thiem, que no disputaba un torneo desde Dubái, ha notado la inactividad ante un rival más rodado con el que había podido en los últimos cuatro precedentes.
A pesar de que Sascha no había tenido grandes resultados en la presente temporada (campeón en Acapulco), ha jugado 22 partidos por los 13 de su adversario. Apenas había sumado dos victorias entre Montecarlo y Múnich en su paso por el polvo de ladrillo. Se ausentó antes de Marbella, después de aceptar una invitación de la organización, por molestias en el codo.
La altura de la capital de España (657 metros) convierte el servicio de Zverev en prácticamente intocable. No es casualidad que haya triunfado en 14 de los 16 compromisos disputados en Madrid. No le va tampoco mal a Thiem, cuatro veces semifinalista y dos en la final.
Lo que pasa es que el pupilo de Nicolás Massú está lejos de su mejor versión en arcilla. Todo lo contrario que Sascha, que buscará mañana su decimoquinto entorchado, el sexto en arcilla y el cuarto de categoría Masters 1.000, con el único consejo técnico de su padre. Cabe recordar que a finales de la pasada campaña dio por terminada su relación con David Ferrer.
La semifinal se rompió en el cuarto juego después de que el teutón tuviera que salvar una primera pelota de rotura. A la cuarta tentativa, Zverev tomó una renta de 4-1 en el marcador y suya fue la manga inicial. Esa misma ventaja adquirió en la continuación, siendo superior desde el primero hasta el último punto. Concedió un 'break' testimonial que le sirvió a Thiem para maquillar el marcador.
El tenista natural de Hamburgo, a sus 24 años, espera en la final al ganador del duelo entre Matteo Berrettini y Casper Ruud. Sin tiempo de descanso, Zverev busca también la final del dobles haciendo pareja con su compatriota Tim Puetz. Sus rivales serán Marcel Granollers y el argentino Horacio Zeballos.
📷: Getty
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